domingo, 9 de agosto de 2009

“Tú dedícate a estudiar”

Entregan apoyos a la familia de un niño chapeador

Martín Matos Maas es un niño de 13 años de edad que iniciará sus estudios de secundaria y desea tener una carrera técnica o universitaria, un objetivo que sólo han conseguido dos de sus cinco hermanos.

En la historia de su familia ese logro académico es una hazaña equivalente a un viaje a la Luna. Sus abuelos nacieron en una ranchería de Campeche, su madre y sus tías trabajaron la milpa y nunca pisaron la escuela. Su madre nunca ha entrado a un cine ni ha leído un libro, una revista o un periódico, y tampoco sabe qué dicen los letreros de los autobuses ni de los comercios, templo y oficinas públicas.

Martín proviene de una familia numerosa, sus abuelos tuvieron 10 hijos, y su madre seis. Desde que su padre los abandonó, él y su madre viven en casa de una de las hermanas del niño, que logró graduarse de enfermera y ahora trabaja en el Centro Médico Pensiones.

Pareciera que la desgracia persigue a su familia. Dos de sus primos son discapacitados, uno de ellos perdió la vista a los seis años de edad.

Martín es el niño que, como publicamos, hace trabajos de jardinería y chapea para ayudarse con los gastos escolares. Vive en Ciudad Caucel, le gustan las Matemáticas y “odia” el Español. Sus pasatiempos son jugar fútbol en la calle y ver programas de caricaturas en la televisión.

Ayer su familia recibió la visita de la presidenta y la directora del DIF municipal, Susana Bustillos Lope y Teresita Anguas Zapata, acompañadas de varios funcionarios municipales. El grupo les informó que recibirán apoyo del Ayuntamiento para que Martín no interrumpa sus estudios.

—Tú dedícate a estudiar —le dijo Teresita Anguas—. No tienes que chapear para ayudar a tu mamá, nosotros lo haremos.

Las funcionarias obsequiaron al niño un paquete de material escolar, una mochila y camisas blancas, dejaron una despensa alimenticia, un bastón para la abuela del pequeño, María Caamal Guzmán, y una muñeca para las niñas que viven en la casa.

Además, ofrecieron incluir a Martín en la lista de los 550 becarios de la Comuna y darle ayuda psicológica que requiere para superar el abandono de su padre, una persona de baja escolaridad, “milusos” y con problemas de alcoholismo.

La madre del menor, Elsa Maas Caamal, lo matriculó en la Secundaria Técnica “Víctor Cervera Pacheco”, donde, dijo, les cobraron $500 de inscripción.

—Vivíamos en Dzitbalché (Campeche), pero venimos a Mérida cuando una de mis hijas encontró trabajo aquí —explicó la mujer—. Martín nació cuando sus demás hermanos ya estaban grandes.

A raíz de que el esposo la abandonó, ella se convirtió en empleada doméstica. “Trabajo en casa de doña Luz, la mamá de Dzereco y Nohoch”, indicó.— Hansel Vargas Aguilar

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