MÉRIDA, Yuc.- La búsqueda de una soberanía enfrentó a la Península con el Gobierno centralista.
Por: Iván Duarte/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El movimiento armado de 1810 que trajo como consecuencia la independencia de México de España, en 1821, generó unos años después diferencias entre los proyectos políticos que llevaron a Yucatán intentar convertirse en una república autónoma y separarse del centralismo mexicano.
La entonces Península de Yucatán, que no contaba con las divisiones geográficas de Campeche y Quintana Roo, coincidía con la Federación en la idea de que el país fuera una república, pero discrepaba con los proyectos de nación del entonces presidente Antonio López de Santa Anna.
El profesor investigador Melchor Campos García, del Centro de Investigaciones Regionales "Dr. Hideyo Noguchi" en la Unidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), comentó que el intento de separación de Yucatán inició tiempo después de que la Independencia de México se consumara, en 1821.
Aunque es una etapa que suele confundirse y atribuir de manera paralela a la independencia de México, cada 16 de septiembre, en realidad se trata de un movimiento posterior como resultado de visiones distintas con el gobierno de Antonio López de Santa Anna.
A raíz del centralismo se manifiestan en Yucatán dos partidos; uno quería la independencia de Yucatán y su jefe era el vicegobernador don Miguel Barbachano y Tarrazo. El otro deseaba la reincorporación de Yucatán a México al cesar el centralismo y lo comandaba el Gobernador don Santiago Méndez Ibarra.
De acuerdo con Campos García, la etapa de separación, que comprendió de 1841 a 1847 con el estallido de la Guerra de Castas, centró dos panoramas distintos en la fragmentación que enfrentaron las colonias de la Nueva España, principalmente en materia de comercio y seguridad que brindaba mantenerse apegados al país ibero.
Diferentes grupos de separación en la Península consideran que se debía ensayar de manera particular una Federación en toda la Península, mientras que otros abogaban por la separación definitiva de México o en su defecto la adhesión como colonia norteamericana, el retorno a España o inclusive a Francia.
El primero de octubre de 1814 fue presentada ante el Congreso del Estado el acta de independencia de Yucatán del resto de México, donde la principal propuesta era mantener una política de gobierno federal, y con esta idea fue concebida la postura de la Península hasta que se abandonara el gobierno centralista y se adoptara el federalismo.
Nacionalismo regional
Una muestra del "nacionalismo regional" a raíz del movimiento de separación de la Península de Yucatán del resto de México la constituye la bandera yucateca.
El lábaro se divide en dos lienzos: a la izquierda uno de color verde, y a la derecha, otro con tres divisiones, de color rojo arriba y abajo, y blanco en medio.
En el lienzo verde hay cinco estrellas que representan los cinco departamentos en que se dividió Yucatán por decreto del 30 de noviembre de 1840. Los departamentos eran Mérida, Izamal, Valladolid, Tekax y Campeche.
La primera bandera estuvo muchos años en el Museo de Mérida, como un recuerdo histórico.
El 21 de mayo de 1915, el gobierno preconstitucional del General Salvador Alvarado la envía a la capital del país para que fuera expuesta en el Museo de Instrucción Pública.
Con VCP revivió añejo anhelo
Aunque en los años posteriores a la consumación de la independencia de México Yucatán obtuvo su autonomía y separación del resto del país (por un breve tiempo), esta posibilidad volvió a hacerse latente durante el gobierno de Víctor Cervera Pacheco en 1985.
Cervera Pacheco impulsó el uso de la bandera yucateca que surgió en el movimiento independentista de la Península, además de que el Himno Yucateco se cantaba entonces en las primarias y otras instituciones educativas públicas.
De acuerdo con el hijo del ex gobernador, Víctor Cervera Hernández, actual titular de la Coordinación para el Desarrollo de la Zona Costera de Yucatán (Codecy), grupos opositores del fallecido mandatario en su momento intentaron darle una connotación negativa a la propuesta de su padre.
"Se manejó que la intención de mi padre era independizarse, crear una nueva federación; sin embargo, un hecho evidente es que lo que da cierta autonomía es el contar con un buen potencial en recursos económicos, que nosotros no teníamos porque éramos un Estado que dependía de los subsidios de la Federación", dijo Cervera Hernández.
De acuerdo con el entrevistado, el objetivo fue impulsar el orgullo yucateco como promoción para sacar adelante a la entidad que enfrentaba un panorama donde la situación económica no beneficiaba a los habitantes.
Años más tarde, además del himno y la bandera, se agrega la frase "Orgullosamente Yucateco" que buscaba, según Cervera Hernández, generar el sentimiento de unidad.
Cuando se cantaba el Himno Yucateco también se entonaba el Himno Nacional Mexicano, por lo que no se hacía a un lado el respeto a la Federación", dijo el entrevistado.
Memoria histórica
"Que los Yucatecos Todos, Proclamen su Independencia (Historia del Secesionismo Yucateco)" es el nombre del libro desarrollado por un investigador de la Uady, el cual, luego de su impresión en 2002 y con 500 ejemplares, se ha archivado en las bibliotecas públicas hasta quedar en el olvido y ajeno en el conocimiento de los ciudadanos.
El profesor investigador Melchor Campos García, del Centro de Investigaciones Regionales "Dr. Hideyo Noguchi" en la Unidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) y autor de la obra, comenta que la compilación del libro, que se encuentra en la biblioteca central de la máxima casa de estudios, abarca como tema central el conflicto de la Península de Yucatán por obtener su autonomía política.
El documento consta con 773 páginas y fue editado por la universidad, sin embargo la falta de interés por ser considerado parte de la enseñanza histórica lo ha mantenido al margen de las aulas.
Campos García narra en el libro todo el proceso que comprende desde los motivos de la iniciativa de separación de la Península respecto al centralismo capitalino, hasta su culminación con el estallido de la Guerra de Castas en 1847.
De acuerdo con el investigador, se espera una pronta reedición de la obra, y consideró inclusive una ampliación en el tiraje o número de ejemplares además de que sea incluida en la enseñanza, pues hasta el momento no es considerada como una etapa importante de la historia del Estado.
La obra aborda etapas como la conformación del acta presentada al entonces Congreso del Estado solicitando la independencia del estado yucateco, el cual vio dos veces frustrada la intención y finalmente se reinsertó en el actual territorio nacional.
El reconocido historiador indicó que pretende hacer algunas ampliaciones y precisiones como parte de sus nuevas investigaciones respecto a los antecedentes de esa etapa de la historia de Yucatán.
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