martes, 25 de agosto de 2009

Pero la estrella crece

A falta de logros, éxitos ajenos
Filiberto Pinelo Sansores


Como el actual gobierno del Estado no es de logros sino de relumbrón, tiene necesidad de agarrarse de lo que sea para mantener el nivel de popularidad ficticia al que ha llegado con base en el histrionismo y la actuación mediática de su titular.

Un ejemplo de ello es que en el afán por explotar la vena regionalista del pueblo yucateco, manifestada en gran medida en el terreno del deporte, no ha tenido el más mínimo sonrojo en presumir como éxitos suyos los triunfos, ciertamente parciales pero al fin triunfos, de los dos equipos profesionales, Venados y Leones, de fútbol y béisbol, respectivamente, que defienden los colores del Estado en los correspondientes torneos nacionales en que participan, triunfos en los que absolutamente nada tendría que ver el ejercicio de las funciones de un gobierno.

No obstante, el de Ivonne consignó este “logro” en el folleto de su “segundo informe ciudadano” —evento que le sirvió de pretexto para impulsar su imagen y proyectarla hacia el futuro, para escalar, en su momento, alguna Secretaría en el gabinete presidencial, cuando el candidato de Salinas, y el Canal de las Estrellas, sea presidente, según el sueño dorado de muchos encumbrados priistas—, que hizo circular, como encarte, en varios periódicos, para solaz del público lector, que tomó la puntada como una expresión del humorismo involuntario que a cada rato asoma las narices en las intervenciones de la gobernadora.

Nadie se explica la relación que puede haber entre las obras que un gobierno debe realizar, junto con otras acciones propias de la administración pública —y de las cuales debe informar puntualmente, incluso con datos numéricos respaldados con documentos que certifiquen costos y características técnicas y sociales de lo hecho— y los éxitos que los equipos profesionales del deporte manejados por empresarios particulares obtengan, en una esfera ajena a la gubernamental.

Y es que a falta de logros verdaderos este gobierno se está viendo obligado a usar los que obtienen otros actores para tratar de hacer creer que en algo tiene que ver el ejercicio gubernamental. Nada que informar trae como consecuencia que se inventen acciones, que se saquen a relucir cifras alegres de realidades que no existen y que trate de atribuirse al trabajo propio lo que corresponde al esfuerzo ajeno.

En este contexto, hasta la llegada de Juan José Pacho, el destacado beisbolista yucateco, al salón de la fama del deporte que practica, según parece forma parte del enorme esfuerzo que realiza el actual gobierno del Estado, pues el hecho forma parte del “segundo informe ciudadano” de la señora gobernadora, que gastó una gigantesca suma en el pachangón que su gobierno organizó para dar a conocer lo supuestamente realizado por ella y su administración durante un año y en el que, sin embargo, a falta de obras propias, ha querido presumir los resultados del trabajo de los demás.

Mientras tanto, se sigue deteriorando la vida social, como se pone de manifiesto con las informaciones que se obtienen todos los días de las tragedias ciudadanas que ocurren a nuestro alrededor.

El desempleo sigue siendo el problema principal de nuestro Estado, a pesar de la manipulación de cifras del gobierno estatal para hacer creer que ha disminuido.

La falta de oportunidades de estudio para miles de jóvenes que quedan fuera de las escuelas y, además, sin la posibilidad de trabajo es otro de los graves problemas que existen y que la frivolidad de quien gobierna como si el Estado estuviera de fiesta, no quiere ver.

Los campesinos están cada día peor y el gobierno del Estado no da su parte para los programas de apoyo al campo.

El presupuesto de todo el año ya se agotó y ahora vienen las “ampliaciones” sin que se vean los resultados de todo el dinero gastado, salvo el triunfo de los candidatos priistas que tiraron en sus campañas la casa por la ventana, con un dinero que, obviamente, no salió de sus bolsillos. Pero la fiesta seguirá. Mientras los mercadólogos y los asesores de imagen sigan decidiendo lo que hay que hacer para mantener en alto la popularidad de doña Ivonne, los yucatecos seguiremos viendo desde la calle cómo crece una estrella, aunque el Estado en el que actúa se esté yendo a pique.— Mérida, Yucatán.

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