Barbas a remojar…
Luis Castrillón Cue
01/08/2009
Pero ¿por qué has vuelto? México se va al carajo sin remedio. Supongo que estarás al tanto —R. Bolaño, Los detectives salvajes.
Hoy nueve y pronto 12. Son los años de la oportunidad histórica que el PAN parece haber perdido ya; el PRI inicia su regreso a todo galope, montado en la desmemoria ciudadana y en la construcción de una imagen “nueva”; el PRD se desdibuja en apenas tres años y Convergencia y el PT se reducen casi al mínimo, arrastrados por o arrastrando a Andrés Manuel López Obrador.
Los astutos, “rémoras” del sistema político mexicano: PVEM y PANAL, coaligados según su conveniencia para seguir viviendo del dinero de todos nosotros. Ya no se diga con Televisa. El PSD pasó de partido emergente a sucumbir en la emergencia: perderá su registro; promover la legalización del aborto y las drogas no fue suficiente.
Resultados del 5 de julio de 2009: una fecha que ni el presidente Felipe Calderón Hinojosa ni el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, podrán olvidar. Para el primero puede significar la absoluta derrota y para el otro el comienzo del camino a la victoria.
Para el Jefe del Ejecutivo, nuestro empleado de mayor rango, la crisis económica, la terquedad en encasillar su proyecto en el combate a la inseguridad, la imposición de candidatos (veáse San Luis Potosí y Querétaro) y el retraso en las campañas (Yucatán) significaron perder la fuerza en la Cámara de Diputados.
La estrategia deberá mirar ahora hacia un complicado escenario en el que el PRI tendrá no sólo la “primera minoría” —Germán Martínez dixit— sino 18 entidades estratégicas desde donde los respectivos gobernadores iniciarán la siguiente etapa de la campaña de Peña Nieto, primero dentro del tricolor y luego hacia la Presidencia de la República.
El primer tropezón de Calderón Hinojosa será seguramente el proyecto presupuestal de 2010, poco defendible con la mínima cantidad de diputados frente a la bancada priista que seguro, de la mano de Beatriz Paredes, sabrá sumar no sólo al PVEM, sino quizá al PT y a Convergencia, a uno que otro perredista e incluso a los del PANAL. Los “pequeños” siempre se han ligado al más fuerte: el registro y los millones de pesos anuales que conlleva no son desdeñables. De ahí en adelante, el futuro panista no es más que incierto. Y aún así, insisten en dividirse.
Para el PRI el reto será llegar a 2012 completo. Las intenciones de Manlio Fabio Beltrones son más que claras. Peña Nieto deberá confiar en lo que resulte negociable dentro de la Cámara de Diputados. Lo óptimo sería mejorar los presupuestos de los estados donde gobiernan quienes lo respaldan, desde Yucatán hasta Nuevo León, para así ir sumando “alegrías” entre las bases y los votantes: una dosis de populismo no le caría mal para ir sembrando lo que en 2012 espera cosechar.
Ironía: las rupturas del PAN y del PRD le devolvieron el oxígeno al PRI; sólo una ruptura del PRI le daría un pequeño hálito de vida al PAN. Por otro lado, ¿hacia dónde mirará Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de Gobierno del DF, en las reducciones del PT, PRD y Convergencia?
¿Y nosotros? A la expectativa de que en sus ansias de llegar a la presidencia, ese PRI “renovado”, autodenominado socialdemócrata en su última convención, el de la “experiencia”, no base su crecimiento en el populismo que en épocas de crisis sería una estrategia viable. El problema es que México no requiere populismo, sino desarrollo real y eso en medio siglo no ha llegado. Tanto PRI como PAN han hecho su esfuerzo para impedirle.
Del voto nulo
A fin de cuentas una propuesta desarticulada, sin organización, que sólo hubiera beneficiado a los del voto duro más consolidado, es decir, el PRI.
Para ser menos imprecisos: en 1991, cuando alcanzó su antecedente máximo, llegó al 4.8% de la votación emitida: un millón 160 mil 50 sufragios. En 2006 llegó apenas al 2.61% del total de los votantes. Ahora, apenas superó el 5.3%, es decir poco más de un millón 800 mil votos.
En números cerrados, ¿es esa la medida del descontento nacional? Se debería revisar mejor el porcentaje de abstencionismo, apenas entre el 44% y el 45% participaron, ni la mitad de los votantes.
No importa, sigamos amparándonos en que “las intermedias siempre tienen poco interés”. Mírese bien el dato. Sí, el PRI “arrasó”, con unos 12 millones de votos a favor, en un país de 115 millones de ¿ciudadanos?, más bien habitantes. Con 72 millones de votantes.
De la Reforma del Estado o más bien en lo que siempre termina: reforma electoral
Acúsome de simplista: dicha reforma implicaría que los partidos, dirigentes, representantes electos, funcionarios y demás integrantes del sistema político mexicano perdieran muchos de los privilegios que hoy gozan. ¿Sería posible?
Yucatán
Poco qué explicar: el PAN no se recupera de 2007 y antecedentes. Se desdibuja incluso como oposición frente a la imagen bien construida de un PRI-Gobierno popular y con la capacidad de arrastre que ese partido nunca perdió. Las ventajas presupuestales para el ejercicio de Ivonne Ortega Pacheco con la mayoría priista en la Cámara baja serán amplias. El proyecto así lo requiere para asentar bien el posicionamiento del tricolor en la Península y el Sureste. Sea pues que se dirija bien, al desarrollo a largo plazo y no al populismo hacia 2012. Pero hay muy poco optimismo al respecto.
Mérida y el PAN, “¡Se vaaa, se vaaaa,...” ¿se fue?— Mérida, Yucatán.
Fuente:www.yucatan.com.mx
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