miércoles, 6 de enero de 2010

¡Feliz cumpleaños, Mérida!

Punto y aparte
Roger Cicero Mac-Kinney
06/01/2010


Pero ¿la hemos visto bien?... Dando un respiro a nuestras exigencias y sin que nos ofusquen la iluminación y demás adornos extraordinarios con motivo de las fiestas que el tiempo nos coloca en los casilleros de diciembre, Mérida es una ciudad que conserva el abolengo y mantiene los brazos extendidos a todo visitante, sin interrogatorio ni condiciones mayores: gusta de darse como protectora o madre, novia a piropos de letristas y poetas.

Le obsequia el mar cercano sus brisas y, aunque ya no “va al rosario de las cinco con su mantilla de encaje” —como testimoniara Honorato Magaloni—, sí que sigue yendo a misa y en San Cristóbal a rezarle a Santa María de Guadalupe, como en Itzimná a visitar a la Virgen del Perpetuo Socorro.

Ni se le cruza a Mérida hacer a un lado sus tradiciones ante la multiplicación de sus colonias y la extensión de sus calles y avenidas, el ajetreo de las diligencias y los disfrutes de las cotidianas ofertas de todo tipo y horario.

Mérida, ideada por el conquistador y levantada a tallado y colocación de piedras por los conquistados; mestiza por el amor y por el amor trovadora y romántica.

Mérida late en su Plaza Grande y se rebela en el Cuartel de Dragones: prende el entusiasmo de sus niños en el zoológico de El Centenario, estudia artes a nivel de escuela superior y por todos sus rumbos se refina en las academias de danza. No olvida a Nina Shestakova, se identifica con Alicia Alonso y nostálgica goza la expresión y técnica de Cynthia Ricalde en su doble papel —Odette y Odile— del Lago de los Cisnes, insustituible en el repertorio de la Compañía Provincial de Ballet, de Víctor Salas.

Conversa en las bancas de sus parques, Mérida, de cómo recibió a la emperatriz Carlota Amalia en el siglo XIX; a Isabel II de Inglaterra y al Papa Juan Pablo II en las postrimerías del XX.

Años antes otorga el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Yucatán al Nobel de Literatura 1967, Miguel Ángel Asturias, ante un conglomerado estudiantil respetuoso y a la vez entusiasta con el autor de Hombres de Maíz.

Mérida se trajo, de la década de los 20, tres primeros lugares de torneos de ajedrez estadounidenses, luce cuatro coronas nacionales de belleza y ha visto nacer a seis campeones mundiales de boxeo. Muy cerca, en Chicxulub, a otro.

Y así, traslada a su Orquesta Sinfónica hasta Chichén Itzá para redondear los conciertos de Luciano Pavaroti, Plácido Domingo y el más reciente, el sábado 31 de octubre, de Sarah Brightman.

La ciudad somos todos sus residentes, nacidos en ella o no. Porque la tenemos y nos tiene cada día y en la sucesión de sus noches. Acariciamos los mismos sueños. Ella pone la luna.

Qué menos que alzar nosotros la voz y desearle ahora, en su 468 aniversario: ¡Feliz cumpleaños!— Mérida, Yucatán

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