jueves, 12 de marzo de 2009

Complicado panorama para los jóvenes yucatecos, algunas razones

(Aqui les dejo algunos comentarios de un compañero del consejo nacional de estudiantes, Mauricio Molina Rosado, en el cual habla del los jovenes estudiantes de Yucatan)

El contacto y la convivencia cotidiana con estudiantes, ya sea en el aula de clase como docente o en mi papel de amigo de varios de ellos, me permiten empaparme de sus experiencias e involucrarme en la preocupación generalizada por el futuro que les espera a los jóvenes yucatecos bajo las circunstancias actuales en las que se desenvuelve nuestro entorno.

Son varios los factores que en mi particular punto de vista ennegrecen el panorama para los jóvenes que actualmente se encuentran cursando una carrera universitaria, y que menciono de la siguiente manera:

1. Pocos (poquísimos) de los estudiantes que egresen de su carrera van a poder encontrar un empleo para desenvolverse en los primeros 6 meses. Y de este grupo también se desprende el razonamiento de que de éste selecto y diminuto número de afortunados es mucho más reducido el círculo que encuentra un trabajo relacionado o referente a la formación académica o carrera que estudió.

2. ¿Por qué hago referencia a un término de 6 meses? Debido a que es en este tiempo posterior a su egreso de la universidad en el que se encuentran más motivados a trabajar en lo que efectivamente estudiaron y se prepararon.

Esto nos lleva a otra realidad. Al no poder encontrar un empleo en el cual puedan desarrollarse de acuerdo a la carrera que estudiaron, un número amplio de jóvenes tiene que emplearse a “lo que salga”, ya sea en el negocio de algún conocido, amigo, familiar, en una tienda comercial, etc., lo que muchas veces implica dejar de lado su legítima aspiración de “llegar a ser lo que soñaron un día”.

3. Un inmenso número de egresados de la universidad no puede conseguir un empleo en el mercado externo. El mundo de hoy así lo manifiesta. No hay empleos para casi nadie. El crecimiento de la economía es diminuto, casi nulo.

4. No existe cultura “emprendedora”. Es muy reducido el número de jóvenes que se aventura en la formación de un proyecto emprendedor o empresa, la mayoría de los casos por cultura. Pero tampoco puedo dejar a un lado que, por más que se niegue, es sumamente complicado y burocrático que la autoridad (léase gobierno) pueda ofrecerle a un jóven cualquiera las facilidades extraordinarias para apoyarlo con el financiamiento de un proyecto. La mayoría de estos apoyos y créditos son agenciados a los cuates, a los primos, a los sobrinos.

5. Las licenciaturas que le pueden permitir a un joven “auto-emplearse” y generar su propio ingreso y crear su propio mercado se encuentran sumamente saturadas. Derecho, ingeniería, medicina, etc. Carreras que por su naturaleza le podrían permitir al estudiante salir de la universidad y poner su propio consultorio, despacho, etc.

6. Las licenciaturas y carreras nuevas e innovadoras carecen de credibilidad social en una sociedad que aún es altamente conservadora. No existen espacios (o son escasos) en los mercados actuales para poder desarrollarse si uno es egresado de una carrera nueva y casi desconocida, por más innovadora que sea. Cuestión de cultura. ¿Abrirse uno mismo los espacios? Lo más difícil. Se necesitan recursos económicos, en gran cantidad en varios casos.

7. El joven mexicano tiene mamitis. Sí, también por cultura. Y mucho más aún si cae en la negación y disfruta de los placeres de seguir mamando la ubre de la economía familiar con la gastada, alimentación, estancia, etc. En los Estados Unidos, sólo por mencionar un país desarrollado, a los 18 años el joven de la casa se tiene que salir para irse a la Universidad, situada en otro lugar. Ahí tiene que vivir solo, o con su “room mate”, empieza a trabajar con un empleo de medio tiempo, adquiere un sentido de responsabilidad ligado con independencia, en la gran mayoría de los casos tienen que adquirir “student loans” (prestamos estudiantiles) para seguir estudiando en el College y tienen que trabajar por mucho tiempo para poder pagar sus préstamos. De ahí que tienen jóvenes de más temprana edad completamente independientes a los núcleos familiares.

8. La calidad de la educación es inferior a la de países mucho más competitivos. Aunque reconozco que existen en México muchas instituciones educativas de alto rendimiento y calidad en sus programas académicos, también es una realidad que cada día hay más escuelas “patito”. Resultan buenos negocios familiares y abaratan la calidad educativa a cambio de mayores estudiantes que paguen una colegiatura razonablemente inferior a universidades privadas de prestigio.

9. Al gobierno le importa un comino la juventud y la detonación de su desarrollo. ¿Por qué? Porque les conviene tener jóvenes ignorantes que manipular y aglomerar para campañas políticas. En Yucatán, el organismo encargado de fomentar el desarrollo juvenil es el mismo que organizaba las fiestas de campaña y borracheras juveniles en apoyo a candidatos de partidos políticos. Tienen nula preparación académica para saber qué hacer por los jóvenes. Niños fresa que se asumen conocedores de las problemáticas sociales que atraviesan los jóvenes de comunidades pobres y marginadas.

En las preparatorias y facultades públicas colocan a sus amigos al frente de los organismos estudiantiles para garantizar el control de estas agrupaciones mediante fiestas y “apoyos” económicos que se terminan tranzando ellos mismos. Para ellos la juventud es masa, sin considerar que cada joven tiene necesidades específicas que se traducen en individualidades complejas.

10. Los jóvenes están más preocupados por las fiestas y los excesos. Por el “chat” y por el “facebook”. Cada vez vemos a chavos y chavas más jóvenes en los antros, en los bares. No existe la cultura de la lectura, del trabajo comunitario, del voluntariado social, de la procuración de actividades que les otorguen experiencia, si no laboral, si de cultura general.

En los meses pasados, el Congreso del Estado de Yucatán aprobó la Ley de la Juventud, que aún tardará en dar sus primeros resultados en varios temas. Hagámos una apuesta, ¿Cuántos jóvenes universitarios tienen conocimiento tan siquiera de que existe una ley para los jóvenes?

Existe tiempo y momento para todo en la vida. Pero pienso que llevamos un camino torpe y desequilibrado en lo que a la formación de nuestros jóvenes respecta. Ya no son el futuro de nuestra sociedad, de nuestra comunidad. Son el presente.

Mauricio Molina Rosado
Fuente: www.mauriciomolina.com.mx

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