No hay que apresurarse: la elección del 2009 no determinará la del 2010.

José Luis Sierra V.

En entrevista que me hicieron para el próximo número de “Artículo 7” (no dejen de buscarlo y leerlo el domingo 26) me preguntaron sobre los posibles resultados en la elección de julio. Mi respuesta fue que todo apunta a un triunfo avasallador del PRI, con altas probabilidades de llevarse “carro completo”, esto es, ganar los cinco distritos yucatecos. De dos meses atrás se aplica a lo largo y ancho de la entidad una estrategia de ELECCIÓN de ESTADO y el PAN no ha demostrado capacidad siquiera para fundar los recursos legales que la pudieran frenar.

De mi razonamiento, la periodista que me entrevistó (por cierto, muy profesional) derivó que el PRI tendría virtualmente asegurada la Alcaldía de Mérida, en las elecciones de mayo del 2010. No, le respondí, porque a partir de julio del 2009 y de los resultados electorales que se obtengan se desatarán dos procesos de confrontación que atravesarán al priísmo yucateco. Las variables a considerar en mayo del 2010 van a ser otras, muy distintas, a las que están presentes hoy y que habrán de resolverse a partir de los resultados de julio.

¿Cuáles son esas variables? ¿Qué factores se desatarán tras las elecciones de julio del 2009?

NACIONALMENTE: Peña Nieto viene preparando todo para hacerse del control de la Cámara de Diputados con Emilio Chuayffet. Está repartiendo cantidades descomunales de dinero a los ahora candidatos del PRI, en todo el país, a cambio de su compromiso, en caso de llegar a la Cámara. Se pretende hacerle a Beatriz Paredes lo mismo que Manlio y Chuayffet le hicieron a Elba Esther con la bendición de Madrazo.

Manlio, que no llega igual de fuerte que Peña Nieto o Beatriz, se podría beneficiar con el encontronazo de ambos. No llega fuerte, pero tampoco estará manco: además de los beltronistas que logró sembrar como candidatos, el senador sonorense controla al Partido Verde y dispondrá de su fracción parlamentaria para sus intereses.

Lo que pase en el país, entre estas tres fuerzas y con estos tres protagonistas tendrá repercusiones en Yucatán. Primero, porque Ivonne Ortega ya desconoció cualquier compromiso con Manlio al convertirse en operadora incondicional de Peña Nieto. De hecho, los cinco “cochinitos” ya fueron a rendir lealtad a don Emilio, el de Atlacomulco, no al operador de TELEVISA. El Gordo Ramírez se la jugará con y por Beatriz, no le queda otra; mientras que Eric hará simple y sencillamente lo que le indique Gamboa, posiblemente, que flote y se deje llevar por la corriente sin resistir…

LOCALMENTE: Entre los “cinco cochinitos” se agravarán las tensiones que ahora existen y que no son pocas.

El odio ancestral entre Felipe y Rolando puede llevar a que Felipe busque cobijo en la fracción cenecista (que, hasta hoy, juega con Beatriz), alejándose del coordinador de la bancada yucateca y, por tanto, de la línea de Ivonne Ortega. Es posible, también, que el Gordo Ramírez mantenga su influencia sobre Liborio y que los celos y las aspiraciones encontradas de Angélica y de Rolando (en caso de que los dos llegasen a ganar) terminaran por hacer crisis a la hora de escoger al candidato o candidata a la Alcaldía de Mérida.

Eric o Zoreda podrían convertirse en cartas de Manlio para cobrarse las traiciones de la Ñora del Justam. A la acción disruptiva de Manlio podrían sumarse la legión de descontentos que, en marzo o abril del 2010, recogerá buena parte de los descontentos y de los engañados del 2009, que no son pocos: Roger Alcocer y Mario Peniche, Berlín, Nerio, Gabriela Santinelli, Elsy Sarabia, Antonio Homá, Marco Vela, los progreseños, los tizimileños, CTM y CROC, etc., etc.

Todo lo que hemos considerado hasta este punto supone triunfo del PRI en los dos distritos meridanos. En caso de que el PRI pierda uno, la situación sería profundamente distinta, con dos pre-candidatos a la Alcaldía de Mérida -uno o una del PAN y otro u otra del PRI-, perfilados de manera más clara.

Fuente: www.mexicodesdeyucatan.blogspot.com