"Don Gato" se queda sin voz

Los portales de internet y las principales agencias de noticias vuelven a dar una nota luctuosa: Arnold Stang, un actor que fue conocido por su imagen de tontorrón y una característica voz nasal que dio vida a personajes animados como "Don Gato", murió este domingo a los 91 años de edad, de neumonía, en el Hospital Newton-Wellesley en Massachusetts.

En los 50�s, Arnold actuó en radio y televisión y trabajó con Frank Sinatra en la película "El hombre del brazo de oro" en 1955 y en 1963 fue parte del reparto de la comedia "El mundo está loco, loco, loco".

El papel dramático junto a Sinatra fue uno de sus favoritos, según su esposa JoAnne Stang de 60 años.

En los años 60�s Prestó su voz a personajes animados que incluyen el popular "Don Gato", así como a docenas de comerciales. Apareció en películas con Arnold Schwarzenegger y Bill Cosby y siguió actuando hasta los 80 años.


En 1993 trabajó en la película "Daniel el travieso".

Stang inventó y perpetuó una historia de que nació y creció en el suburbio Chelsea de Boston. Pero su esposa dijo que en realidad se crió en Brooklyn. Vivió en el suburbio Needham de Boston la última década.


Le sobreviven también sus hijos David y Deborah.

Su esposa a Arnold a su voluntad de abordar cualquier reto profesional.


-Era realmente único, porque podía interpretar cualquier papel, comedia o drama, todo le encantaba -indicó hoy.


"Siempre se vio a sí mismo como un actor, no como algún tipo de actor en particular, sólo como un actor que haría cualquier papel que le dieran".


Pese a desempeñar a menudo papeles de tonto, Stang era un profesional consumado que se preparaba de igual manera para sus grandes papeles y los comerciales más pequeños.

"Recuerdo lo listo que era, y lo trabajador, y lo disciplinado, sin importar para qué papel", reiteró su esposa.


El delgado y diminuto Stang comenzó su carrera en la radio como adolescente y nunca perdió el amor por ese medio.

JoAnne Stang recuerda a su esposo yendo de un lado a otro en la Manhattan de los años 40 y 50, de un programa de radio a otro, todos en vivo y exigentes, porque toda la actuación era con la voz, sin expresión facial ni lenguaje corporal, dijo. "Esa fue su educación".