miércoles, 30 de diciembre de 2009

Inyección de esperanza

Microempresarios logran salir adelante gracias a Micromer
La competencia y las bajas ventas llevaban a pique a la tienda “11 de Enero” de la familia Escareño Chan, pero una familiar le contó del programa municipal de créditos Micromer.

Sin muchos trámites ni hipoteca de por medio, la familia consiguió un crédito de $30,000 y con ello no sólo salvó su negocio de la quiebra, sino que creció, se diversificó y ahora compite con una popular cadena de abarrotes que tiene como rival en la colonia Emiliano Zapata Oriente.

—Nos estábamos yendo a pique y ya pensábamos en cerrar después de un trabajo de 13 años —comentó Marcela Chan Concha, propietaria de la tienda de abarrotes y papelería “11 de Enero” ubicada en la calle 32 No. 332 con 39 de esa colonia meridana.

Con el dinero que recibió de Micromer surtió con mayores productos la tienda, la papelería y ofrece artículos que no vende su competidora para atraer a la clientela.

La inyección de esa pequeña inversión mejoró sus servicios y ahora el micronegocio le permite dar trabajo a su esposo Manuel Escareño Uc y sus hijos Aidé Beatriz, Diana Cecilia, Dalia Margarita y Carlos Manuel.

—Mi hermanita me dijo de Micromer y fui a prestar el dinero —dijo Margarita Chan—. No tardó el trámite y no me pidieron las escrituras de mi casa ni nada a cambio.

—El Ayuntamiento confía en el pequeño comerciante y el interés es bajísimo —subrayó la tendera, quien recibió la visita del regidor del PAN, Tito Florencio Sánchez Camargo, integrante del Comité de Créditos de Micromer, para constatar cómo funciona este programa.

La señora Chan Concha dijo que “ya mero” devuelve el préstamo y ahora recomienda este programa del Ayuntamiento de Mérida “porque es una salvación que exista”.

—Le falta más publicidad porque yo me enteré de casualidad —indicó—. Ojalá que siga porque sí es una buena ayuda.

Otro ejemplo de los beneficios de Micromer lo contó Guadalupe Sandoval Balbuena, jefa de familia y dueña de la tlapalería “Las Águilas”, ubicada en el fraccionamiento del mismo nombre.

Relató que ella trabajó en Berny y por cuestiones familiares dejó su trabajo. Como tenía conocimiento del ramo ferretero abrió en su casa un pequeño negocio que estaba a punto de quebrar, porque no tenía muchos artículos en venta.

Fue a la Secretaría de Fomento Económico del gobierno del Estado y sólo le hicieron dar vueltas y vueltas. Ya casi de daba por vencida cuando uno de sus proveedores le habló de los microcréditos del Ayuntamiento y recurrió a Micromer. Sin mucha demora y trámites le dieron $20,000 y con ello mantiene su changarro.— Joaquín Chan C.

Fuente: www.yucatan.com.mx

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